Eso mismo es lo que debió pensar el dueño de esta motillo, harto, el buen hombre, de que le robaran (o que lo intentaran) invirtió su tiempo en colocar estas advertencias en los sitios "clave".
Estuve esperando un ratillo para preguntar al dueño por el resultado de la idea, pero no fue posible la entrevista en persona. Una pena.
Fuente: "cosecha propia" de un viaje a Barcelona.
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